“siempre hay que abandonar
el estilo periodístico”
Iván Urrutia
érase una vez Norberto Ladilla
podeta de glorias y tal vez villano,
de tomo y lomo, y con poemas muy malos
el pobre, a pesar de ser un chasquilla
entró silencioso mirando el conjunto
de otros chasquillas que estaban bebiendo
un vaso de vino con ojos sedientos
como si se fuera a acabar el mundo
en esa pieza ahumada se ahumaban las letras
y Norberto Ladilla se hundía en la niebla
sin saber de qué versaban los temas
¡qué no hay temas! ¡mis hijos! ¡son inmundos!
y todos callaron, bebieron el lema
en la Sociedad de Escritores de Chechenia
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