si la poesía sirve para algo
es para estar silenciosos
mientras la trazamos
es un engaño, un camuflaje
una tranquilidad que no es tal
como esa calma que se respira
después del terremoto, entre el polvillo
que deja el derrumbe de los muros de adobe
entre la niebla que deja esta calma extraña
contenemos la respiración
hasta el dolor de los pulmones llenos
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