me siento a observar la cafetera
sobre la llama azul de la cocinilla
con el agua limpia calentándose
como la posa al sol energúmeno
miro sus gorgoritos
que salen a flote
como los ahogados
después de ocho días
el agua caliente se introduce en el filtro
como cuando el sudor traspasa nuestras camisas
moja el café molido y lo decolora
le roba el pigmento y el agua
se va ensuciando como el lavatorio
en el que se lavan las costras
que se diluyen
como los reflejos de los cuervos
al caer una piedra sobre el estanque
gotas de café van cayendo una tras otra
y dos o tres a la vez como tus lágrimas
van manchando el agua como la tinta
que se lava del pincel o del dedo
que pinta tres o cuatro tazas
las gotas del café son las gotas de sangre
del pincel que limpia sus naturalezas muertas
apago el gas a la cafetera
lleno una taza recién pintada
y como el vampiro me bebo el café
de un solo sorbo, con cuidado
de no ensuciar mi blanca camisa.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario